29 junio 2005

Las dunas de la playa

Tras aquella primera vez, y después de esto y de sus besos , decidieron repetir la experiencia. Esa segunda vez sería en la playa. El lugar elegido era en las dunas de Punta Paloma, en Tarifa. Cuando llegué, Luces ya estaba allí. Vestía un delicado bikini blanco, sin decoraciones. Estaba leyendo un libro. El sol bronceaba su preciosa piel dorada. Me acerqué a ella sin que me viera, y detrás suya besé delicadamente el cuello dejando caer mi melena sobre sus hombros, lo que la hizo estremecerse.

Ella sonrió, se giró y me besó en la comisura de los labios. Me invitó a sentarme a su lado. Extendí mi toalla pegada a la suya y comencé a desnudarme. Yo llevaba mi bikini rojo escotado que a ella tanto le gustaba. Me tumbé a su lado y saqué mi bote de crema. Ella se sentó para echármela, primero me tumbé boca abajo. Me desabrochó el bikini, comenzó por los hombros, bajó por la columna y se detuvo a masajearme en la cintura y en el final de la espalda. Jugó un rato con su dedo untado en crema en la comisura de mis nalgas y luego siguió con mis caderas y la parte de atrás de mis piernas.

Me invitó a dar la vuelta. Comenzó a darme un masaje por el cuello, se acercó mucho y se quitó su sujetador. Se sentó sobre mi pubis y comenzó a masajearme desde los hombros. Se acercaba mucho mucho a mí. Me quitó la parte de arriba del bikini y en cada acercamiento, en cada masaje, me rozaba con sus pezones sobre mi pecho desnudo.

Bajó con sus manos por mis brazos y llevó mis manos a sus pechos. A mí me dio la risa nerviosa, cuando recordé que nuestro lugar de encuentro estaba lleno de gente, posiblemente mirando...Ella lo notó, cogió su pañuelo, y me lo colocó sobre los ojos, para evitar que me distrajera con la mirada. Seguí con mis manos en sus pechos, acariciándolos y sintiéndolos tersos y firmes entre mis dedos. Ella hacía lo mismo sobre los míos, los notaba grasientos por la crema, estaban realmente resbaladizos. Imaginé las miradas de deseo de los hombres de alrededor, lo cual aún me daba más morbo y deseaba en mi interior que alguno se uniera a nosotras.

Ella siguió con la crema por mi tripita y mi cintura. Mi cintura es una zona que me pone muy caliente, en seguida mis pezones se erectaron. Se bajó de mi pubis y se sentó a mi lado, siguió por mis caderas y mis piernas. Se detuvo mucho rato en la parte interior de mis muslos, me separaba las piernas con descaro y acercaba sus dedos a los límites de mi braguita. Me estaba poniendo realmente caliente. Se tumbó a mi lado y ambas nos giramos una hacia la otra hasta encontrarnos enfrentadas. Ella retiró el pañuelo de mi cara y clavó sus ojos oscuros y penetrantes en los míos. Nos acercamos y nos dimos un beso muy profundo en la boca. Nuestras lenguas abrazadas y nuestros cuerpos resbaladizos y pringosos tan cerca, me hacían desearla, me hacían rogarle que me penetrara con su dedo. Cogí su mano y la llevé a mi sexo, la metí dentro de mi braguita, para que ella notara inmediatamente mis jugos sobre las yemas de sus dedos. A ella le encantó y se arrimó aún más a mí. Nuestros cuerpos prácticamente estaban fundidos entre sí. Metí mi mano en su braguita.

Ella estaba muy muy húmeda, acaricié sus labios al ritmo que ella tocaba los míos, suavemente, dejando escapar tímidos gemidos de placer. Acaricié su erecto clítoris en círculos, podía notar cómo sus labios engordaban y abrazaban mis dedos, notaba como me empezaba a erectar yo misma, incluso moviendo involuntariamente el pubis hacia delante con sacudidas de placer.

Le metí un dedo buscando sus profundidades y comencé a penetrarla buscando su placer, ella hacía lo mismo. Nuestras manos se movían nerviosamente de delante atrás, a toda velocidad. Comencé a retorcerme de placer, notaba estremecerse todo mi cuerpo y estaba a punto de gritar de goce cuando ella me besó, manteniendo su mano en mi sexo, a toda velocidad, moviendo su lengua en mi boca frenéticamente al ritmo de su mano, no podía más, iba a correrme en cualquier momento, temía comenzar a gemir frenéticamente mientras escuchaba los ahogados gemidos de Luces en mi boca. Ella se deshacía en mi mano y notaba como estaba a punto de correrse. Aquello aún me excitó más y empezamos a perder el control y a acelerar nuestras manos de manera que nuestros gemidos ahogados se convirtieron en rugidos de placer cuando llegamos a lo más alto..y luego caímos derrotadas.

PS: Uuuuuf...he acabado extenuada......Me voy a duchar!!

7 comentarios:

laceci dijo...

Jajajaja
es que lo de punta paloma es demasiado, me enamoré de esas playas, de esa arena, de ese mar, hasta del viento que me trató genial.
Me despeloté, me unté barro verde y me paseé por toda la playa.
Esa playa incita al vicio sobremanera.
El toque lésbico o no al final importa un bledo ;)

El Profe dijo...

Otro que necesita una ducha. Seguid así, queridas!!!!

Besos Húmedos

Art_Alegoría dijo...

Hoy, sí.



Sí.



Y, a posteriori, deleitaros en que se os reclame el Rigor de quienes entienden de Otras Sensaciones.



Incluso escribiendo.

Kostas K. dijo...

Curiosidad: ¡Cada vez que se entra en esta página, aparece un VIRUS en mi ordenador!.
Alguien os está saboteando vuestra web; alguien que, en el fondo -y seguro que en la forma- está más salido que "las maracas de Machín" y no quiere reconocerlo.
Alguien que, se hace más "solitarios" que Onán... -que, por cierto, su "pecado" está mal difundido y así ha llegado a nuestros días.
¡Tened cuidado!: l@s jilipollas, andan detrás de vosotr@s. Por cierto, no puedo enlazaros debido al cabrón de virus. Postearme en mi Wüeblog y escribirme el enlace para colocarlo.
Grasias y a seguir así: con tanta vidilla como para que nos corrarmos de gusto...

Anónimo dijo...

Uffff.....Yo también necesito una ducha. Me habeis puesto muy malita.

Y luego dicen que hay sequia. :(

P.S: Por cierto si os animais a incluir en vuestros juegos a otra femina, ponerme en la lista de espera, jeje. ;)

Besos.

Anónimo dijo...

el último párrafo fue el que más me gustó.

talento. despliega talento groseramente.

saludos.

Anónimo dijo...

que rico seria chupar pezones, los mios estan duros y sabrosos